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5.01.2024
La ciencia del desarrollo infantil temprano
La ciencia del desarrollo temprano del cerebro puede servir de base para las inversiones en la primera infancia. Estos conceptos básicos, establecidos a lo largo de décadas de neurociencia e investigación conductual, ayudan a ilustrar por qué el desarrollo infantil, particularmente desde el nacimiento hasta los cinco años, es la base de una sociedad próspera y sostenible.
- Los cerebros se construyen con el tiempo, de abajo hacia arriba.
La arquitectura básica del cerebro se construye a través de un proceso continuo que comienza antes del nacimiento y continúa hasta la edad adulta. Las experiencias tempranas afectan la calidad de esa arquitectura al establecer una base sólida o frágil para todo el aprendizaje, la salud y el comportamiento que siguen. En los primeros años de vida, se forman más de 1 millón de nuevas conexiones neuronales cada segundo. Después de este período de rápida proliferación, las conexiones se reducen a través de un proceso llamado poda, de modo que los circuitos cerebrales se vuelven más eficientes. Las vías sensoriales, como las de la visión y la audición básicas, son las primeras en desarrollarse, seguidas de las habilidades lingüísticas tempranas y las funciones cognitivas superiores. Las conexiones proliferan y se podan en un orden prescrito, con circuitos cerebrales posteriores y más complejos construidos sobre circuitos anteriores y más simples.
- Las influencias interactivas de los genes y la experiencia dan forma al cerebro en desarrollo.
Los científicos ahora saben que un ingrediente importante en este proceso de desarrollo es la relación de "un ida y vuelta" entre los niños y sus padres y otros cuidadores en la familia o la comunidad. Los niños pequeños buscan naturalmente la interacción a través del balbuceo, las expresiones faciales y los gestos, y los adultos responden con el mismo tipo de vocalización y gesticulación. En ausencia de tales respuestas, o si las respuestas son poco confiables o inapropiadas, la arquitectura del cerebro no se forma como se esperaba, lo que puede conducir a disparidades en el aprendizaje y el comportamiento.
- La capacidad de cambio del cerebro disminuye con la edad.
El cerebro es más flexible, o "plástico", al comienzo de la vida para adaptarse a una amplia gama de entornos e interacciones, pero a medida que el cerebro madura se vuelve más especializado para asumir funciones más complejas, es menos capaz de reorganizarse y adaptarse a desafíos nuevos o inesperados. Por ejemplo, en el primer año, las partes del cerebro que diferencian el sonido se están especializando en el lenguaje al que el bebé ha estado expuesto; Al mismo tiempo, el cerebro ya está empezando a perder la capacidad de reconocer diferentes sonidos que se encuentran en otros idiomas. Aunque las "ventanas" para el aprendizaje de idiomas y otras habilidades permanecen abiertas, estos circuitos cerebrales se vuelven cada vez más difíciles de alterar con el tiempo. La plasticidad temprana significa que es más fácil y efectivo influir en la arquitectura cerebral en desarrollo de un bebé que volver a cablear partes de sus circuitos en los años adultos.
- Las capacidades cognitivas, emocionales y sociales están entrelazadas a lo largo del curso de la vida.
El cerebro es un órgano altamente conectado, y sus múltiples funciones operan de una manera ricamente coordinada. El bienestar emocional y la competencia social proporcionan una base sólida para las habilidades cognitivas emergentes, y juntos son los ladrillos y el cemento que comprenden la base del desarrollo humano. La salud emocional y física, las habilidades sociales y las capacidades cognitivo-lingüísticas que surgen en los primeros años son requisitos previos importantes para el éxito en la escuela y más tarde en el lugar de trabajo y la comunidad.
- El estrés tóxico daña la arquitectura cerebral en desarrollo, lo que puede conducir a problemas de por vida en el aprendizaje, el comportamiento y la salud física y mental.
Los científicos ahora saben que el estrés crónico e implacable en la primera infancia, causado por la pobreza extrema, el abuso repetido o la depresión materna severa, por ejemplo, puede ser tóxico para el cerebro en desarrollo. Mientras que el estrés positivo (respuestas fisiológicas moderadas y de corta duración a experiencias incómodas) es un aspecto importante y necesario del desarrollo saludable, el estrés tóxico es la activación fuerte y sin alivio del sistema de manejo del estrés del cuerpo. En ausencia de la protección amortiguadora del apoyo adulto, el estrés tóxico se incorpora al cuerpo mediante procesos que dan forma a la arquitectura del cerebro en desarrollo.
6. Implicaciones políticas
- Los principios básicos de la neurociencia indican que la intervención preventiva temprana será más eficiente y producirá resultados más favorables que la remediarlo más adelante en la vida.
- Un enfoque equilibrado para el desarrollo emocional, social, cognitivo y lingüístico preparará mejor a todos los niños para el éxito en la escuela y más tarde en el lugar de trabajo y la comunidad.
- Las relaciones de apoyo y las experiencias de aprendizaje positivas comienzan en el hogar, pero también se pueden proporcionar a través de una variedad de servicios con factores de eficacia comprobados. Los cerebros de los bebés requieren relaciones estables, afectuosas e interactivas con los adultos: de cualquier manera o en cualquier lugar que se les pueda proporcionar beneficiarán el desarrollo saludable del cerebro.
- La ciencia demuestra claramente que, en situaciones en las que es probable que se produzca estrés tóxico, intervenir lo antes posible es fundamental para lograr los mejores resultados. En el caso de los niños que experimentan estrés tóxico, se necesitan intervenciones tempranas especializadas para atacar la causa del estrés y proteger al niño de sus consecuencias.
Cita: Centro para el Desarrollo del Niño (2007). La Ciencia del Desarrollo Infantil Temprano (InBrief). Recuperado de www.developingchild.harvard.edu.